Suave, sutil, exquisita y hasta hermosa…una belleza entre las frutas chilenas. Si la ves, seguro que capta tu atención. Por su aspecto y su textura, muchos chefs la comparan con un pimiento o un chile, pero con sabor a fruta. Hoy les traigo la carica de Chile.
También la llaman papaya chilena, papaya dorada y papaya de las montañas de Chile. Es exquisita, exótica y, sobre todo, única del Valle de Limarí, un área semidesértica del norte de Chile. Su planta es una hierba gigante familia de las papayas y los higos que solo vive seis años durante los cuales nos da estas delicias doradas.
Al ser tan perecedera, es raro que la encuentres fresca así que búscala en la sección de congelados en el mercado. En el Valle de Limarí se recogen cuidadosamente a mano, se pelan, se les sacan las semillas, se cocinan por unos minutos y se envasan en almíbar. La encontrarás así solo en mercados selectos.
Un bocado combina lo crujiente de un pimiento, el dulzor de un mango y un agradable aroma tropical, mezcla exótica de melocotones, piñas, albaricoques y cítricos con un final agridulce. Me encanta tenerla en casa porque apenas cambia al cocinarse y es tan versátil que mejora cualquier receta, platos fríos y calientes, un simple aperitivo, tartas, postres, helados e incluso, una bebida exótica.
Tómala sola como snack, acompañada de un delicioso queso camembert o sírvela con prosciutto en lugar del melón. Añádela a una ensalada verde con queso de cabra y una vinagreta de hierbas, o a una salsa tropical para acompañar pescados a la parrilla y carnes. Hazla puré y úsala en lugar de la compota de manzana en tartas y postres. También puedes añadirla a la sangría junto con su almíbar, acompañar un snack de foie gras de pato, ponérsela a tu plato de ceviche o incluso hacerte un refrescante sorbete o un estupendo Martini.
Ya lo ves, ¡las posibilidades son infinitas! Y además, es digestiva y te aportará vitamina C, calcio, hierro y fibra. Recuerda echarla a tu cesta de la compra, ¡La carica chilena no muerde!