Lulo o naranjilla, otra joya de los Andes

lulo

Aunque pasa el tiempo, mis sentidos mantienen vivos los recuerdos sabrosos de la gente, la cultura y la rica cocina ecuatoriana, que tuve el placer de degustar en un viaje memorable al Ecuador. Para seguir dando a conocer la gastronomía de este país y sus deliciosos ingredientes, aquí les traigo una muestra más de lo que descubrí aquellos días: el lulo o naranjilla.

Si no lo conoces, te asombrará, es una pura mezcla de colores y texturas inesperados. A simple vista parece una naranja, pero con la piel lisa. Puede ser de color amarillo intenso, amarillo rojizo o naranja. Y por dentro, ¡sorpresa! Parece un tomate, de pulpa verdosa, sabor agridulce y con muchas semillas pequeñas.

Su origen está en los bosques húmedos de los Andes de Sudamérica, donde crece de forma espontánea, sobre todo en Ecuador, Colombia y Perú, aunque también se cultiva en Panamá, Costa Rica y Honduras. Yo me encontré con él paseando por los mercados de Quito y agarrarlo y echármelo a la boca ¡era una tentación continua!

Ojo, que no es una fruta cualquiera, tiene muchos usos. Se usa como materia prima para pulpas, jugos, néctares, concentrados, helados, mermeladas, conservas, salsas, postres y dulces. En Ecuador, por ejemplo, lo usan en lugar de la cerveza para preparar sus tradicionales secos, un guiso de carne, cordero o pollo, típico de Ecuador y Perú. Si lo añades fresco a una ensalada o lo disfrutas simplemente al natural en tu mano, también te gustará.

Es muy hidratante ya que el 88% es agua. Y de gran valor nutritivo: contiene mucho calcio, fósforo, hierro y vitamina C. Dicen que tiene propiedades tonificantes y que ayuda a mejorar el funcionamiento de los riñones.

El lulo no es una planta muy conocida fuera de sus países de origen, pero créeme, ¡el que lo prueba, repite! La próxima vez que vayas al mercado, haz del lulo tu fruta nueva del día, llévate unos cuantos a casa y sorprende a los tuyos, ¡el lulo no muerde!

Siempre Mujer