La calvicie femenina es cada vez más común en la vida de la mujer moderna.
Si en el pasado eran los hombres los grandes preocupados con los efectos estéticos y psico-sociales relacionados a la calvicie, cada día que pasa, se observa un número mayor de mujeres sufriendo con este problema.
La caída capilar está impactando tanto a las mujeres, que ellas ya son mayoría en las asistencias médicas y de terapia capilar en clínicas especializadas.
Si hacemos un análisis de los cambios sociales, de comportamiento y hasta cambios psíquicos en relación a las mujeres de cinco a seis décadas atrás hasta los días de hoy, veremos que hay muchas cosas diferentes y que todos estos cambios fueron rápidos y abruptos.
Mujeres que hasta entonces eran amas de casa y vivían cuidando a los hijos, tuvieron que salir en busca de su espacio en el mercado de trabajo y se expusieron a numerosas situaciones, que antes no necesitaban enfrentar.
Estrés, planos de carrera, responsabilidad profesional, metas en el trabajo, alimentación inadecuada, sueño insuficiente, uso de anticonceptivos y la necesidad de estar siempre en forma, suman solo una parte de las preocupaciones de la mujer moderna.
En virtud de todas estas explicaciones, y sabiendo que los cabellos son estructuras sensibles al estrés, a los errores en la alimentación, a los problemas hormonales relacionados al ciclo menstrual o a la tiroides, al sueño insuficiente o al uso de medicamentos y también a una posible genética favorable a la caída de cabellos, no nos podemos sorprender de ver cada vez más, mujeres que pierden cabellos y se clasifican dentro de la calvicie.
Por este motivo, cada vez más, se busca un auxilio profesional.